¡Convivencia en Artziniega! (I)

Lunes después de convivencia. ¿Cómo ha sido la experiencia?, la mía como monitor muy buena.

La convivencia empezó con contratiempos debido a un pequeño fallo de localización, o lo que es lo mismo, nos confundimos y no pudimos coger el autobús previsto alargando nuestra hora de llegada una hora más. Nadie se quejó, os felicito. Tras aguantar estoicamente la caminata desde Abando hasta Termibus, tuvimos que esperar un rato más para montarnos y que empezase el viaje.

Un viaje largo y tedioso. Algunos lo solucionaron jugando al Password, otros mareándose y los restantes aburriéndose mientras llegábamos. Cuando llegamos al pueblo no llovía, mejor, así nos ahorramos mojarnos. Sin embargo, la caminata no nos la quitó nadie y nos tocó subir hasta la casa. ¡Si es que lo nuestro el viernes era andar de un lado para otro!

Por fin llegamos a la casa. ¡Qué frío!, el mismo que pasaríamos las dos noches siguientes. Alguien dirá, ¿Qué pasa, no había calefacción?, la respuesta es bien sencilla, sí había, sólo que por las mañanas y durante un breve espacio de tiempo, lo que provocaba que para la noche, dormir en la calle pareciese la mejor opción.

Según llegamos, subimos a las habitaciones, había que elegir cama. Una vez todos teníamos nuestras camas medio listas, cogimos nuestra cena y nos bajamos al comedor a dejarla, porque, ¡No podíamos cenar todavía! Zurt, con los que compartíamos casa, estaba viendo una película y había que esperarles.

Como todos teníamos hambre y quedarse delante de la comida sin poder probar bocado es muy duro,nos fuimos a ver La Encina de Artziniega y a ver alguna que otra estatua que hay en la iglesia. Hacía frío, pero no llovía.En cuanto vimos que Zurt había acabado, corrimos al comedor a sentarnos y, ¡A cenar!

Después de la cena, tocó un poco de tiempo libre y unos juegos. El jeroglífico, los nudos... yo me lo pasé bien haciendo y deshaciendo nudos humanos. Después de los juegos nos tocó hacer nuestras acreditaciones. Sin ellas no podríamos participar en ninguna actividad, estamos en una película y hay que estar siempre identificados.

Nada más terminarlas, todos a dormir, excepto los monitores, que dormimos lo que pudimos entre el frío, los ronquidos, y algún que otro grito de medianoche. Y no tardó en llegar la mañana...